Lunes 22 de octubre de 2007
Una reflexión personal
Enviado por el Dr. Armando Alberte Castiñeiras
Actualmente se leen noticias un tanto negativas sobre la situación de la Microbiología clínica que origina una serie de respuestas de destacados profesionales haciendo una valoración lo mas objetiva de la misma. La realidad nos dice que hay paro, que existe escasa influencia en incrementar el número de plazas en muchos hospitales y que nuestros cometidos pueden ser absorbidos por otros especialistas.
Para mi existen dos problemas que siguen manteniéndose en el tiempo desde el profundo pasado:
1º. En España existen dos tipos de lab de Microbiología. Unos constituyen un Servicio o Departamento y otros (mayoría) dependen del servicio de Análisis Clínicos. Los primeros gozan de autonomía para decidir, proyectar, ampliar e investigar. Los segundos, al depender, en sus decisiones, de especialistas ajenos, no tienen acceso a los órganos de dirección para poder exigir mas personal o, en suma, potenciar el laboratorio. Dependen de las migajas que va dejando el servicio de AC. Y, esto lo saben, o lo deberían de conocer, todos aquellos profesionales microbiólogos que, a lo largo de los años, formaron parte de las comisiones ministeriales de la especialidad, han mantenido contactos con las autoridades sanitarias del País así como las sociedades que engloban a los microbiólogos, especialmente la SEIMC. No se pueden formar superespecialidades cuando la columna de la especialidad no está debidamente consolidada en todos los hospitales españoles.
En 2º lugar está el de los cometidos de la especialidad, es decir, nuestras funciones como especialistas microbiólogos. Disponer de una cartera de servicios que abarque lo que atañe a Microbiología nos confiere una entidad, un rango, una consistencia y ... poder en nuestro entorno sanitario, para lo cual estamos capacitados. La realidad actual es que, no por nuestra culpa, parte de esa cartera está en manos de otros profesionales antes citados, los cuales, por su hegemonía jerárquica, amplían sus competencias a unas técnicas diagnósticas que solamente el microbiólogo debería de interpretar y validar. Bastaría hacer una encuesta real sobre la situación de dependencia de la serología infecciosa y de aquellas determinaciones basadas en la biología molecular en España. Y, esto, también es un tema que debe de plantearse. ¿Cómo se puede pretender ampliar una plantilla de facultativos si se nos descapitaliza?.
Estimados compañeros, la ilusión por mejorar nuestra capacidad diagnóstica y nuestra responsabilidad nunca debe decaer; por eso, creo que, unidos, conseguiremos un futuro mejor.
Atentamente
Armando Alberte Castiñeiras
En 2º lugar está el de los cometidos de la especialidad, es decir, nuestras funciones como especialistas microbiólogos. Disponer de una cartera de servicios que abarque lo que atañe a Microbiología nos confiere una entidad, un rango, una consistencia y ... poder en nuestro entorno sanitario, para lo cual estamos capacitados. La realidad actual es que, no por nuestra culpa, parte de esa cartera está en manos de otros profesionales antes citados, los cuales, por su hegemonía jerárquica, amplían sus competencias a unas técnicas diagnósticas que solamente el microbiólogo debería de interpretar y validar. Bastaría hacer una encuesta real sobre la situación de dependencia de la serología infecciosa y de aquellas determinaciones basadas en la biología molecular en España. Y, esto, también es un tema que debe de plantearse. ¿Cómo se puede pretender ampliar una plantilla de facultativos si se nos descapitaliza?.
Estimados compañeros, la ilusión por mejorar nuestra capacidad diagnóstica y nuestra responsabilidad nunca debe decaer; por eso, creo que, unidos, conseguiremos un futuro mejor.
Atentamente
Armando Alberte Castiñeiras
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